¿Cuánta comida se desperdicia en Hermosillo?
Con el objetivo de conocer con mayor claridad la magnitud del desperdicio de alimentos en Hermosillo, Sonora, se realizó un estudio coordinado por Pacto por la Comida y la Red de Bancos de Alimentos México (Red BAMX) y ejecutado por la consultoría ambiental Sipra. A esta iniciativa se sumó el apoyo técnico del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), que ha participado activamente con Pacto por la Comida en el diseño de encuestas para estimar el desperdicio y, en esta ocasión, fue la base operativa para que el equipo de trabajo realizara el acopio, clasificación y mediciones correspondientes a los desperdicios colectados en diferentes colonias de la ciudad de la capital sonorense
En la práctica, el estudio pretende replicar la metodología empleada a nivel nacional en el “Estudio de Medición del Desperdicio de Alimentos en los Hogares Mexicanos 2024”, promovido por Pacto por la Comida, que consistió en un ejercicio estadístico que realiza una medición a través de una combinación de recolección y pesaje de residuos orgánicos, su caracterización y la aplicación de encuestas domiciliarias, incluyendo el seguimiento de hábitos de consumo en los hogares.
La metodología clave contempló asimismo la estratificación de los hogares por ingreso, tamaño del hogar y composición y tipo de vivienda, lo que permitió dimensionar si ciertos perfiles tienden a generar mayores desperdicios. En el estudio nacional de 2024 se estimó que los hogares mexicanos desperdician un promedio de 80 kg de alimentos por persona al año, lo cual abre una referencia que puede ajustarse al contexto local de Hermosillo. Además, los alimentos más afectados en esa medición fueron frutas, verduras, pan y tortillas.
Para el caso de Hermosillo, el estudio contempló una serie de fases: primero, se identificó una muestra representativa de hogares en distintas colonias con diversos niveles socioeconómicos, basada en las indicaciones que para ello emite el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la cual consistió en 59 manzanas, en las que se extendió una invitación a sumarse al proyecto, capacitando a los hogares participantes en separación de residuos (alimentos y otros). Durante una semana se recolectaron dichos residuos y en las instalaciones del CIAD se llevó a cabo su caracterización, el registro y procesamiento preliminar de la información.
Sobre esa base, posteriormente se aplicó un cuestionario estructurado que exploró la compra, preparación, almacenamiento, consumo y descarte de alimentos en el hogar, con el apoyo de brigadas. El cuestionario aplicado indagó detalles del desecho de comida como tipo de alimento, motivo del descarte (caducidad, deterioro, sobras, porciones excedentes, etc.) y modo de descarte.
Esta información complementará la ya obtenida entre el año pasado y este, para una muestra de once ciudades del país, con lo que se elaborará un informe adaptado a la realidad de lo que se observó, encuestó y midió.
Aarón González Córdova, coordinador de vinculación del CIAD, comentó que el papel que tendrá el Centro será fundamental, pues permitirá que las acciones realizadas para la estimación en Hermosillo se puedan realizar en condiciones e instalaciones adecuadas que garanticen rigurosidad estadística, asegurando que la muestra sea representativa, que los instrumentos de recolección de datos cumplan con estándares internacionales de medición de pérdida y desperdicio de alimentos (como los propuestos por Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente PNUMA) y que los resultados permitan la definición de líneas de base confiables.
El también investigador de la Coordinación de Tecnología de Alimentos de Origen Animal del CIAD (CTAOA) añadió que este diagnóstico será una herramienta clave para la toma de decisiones públicas y privadas: permitirá diseñar campañas de sensibilización, políticas municipales para promover el aprovechamiento alimentario y mecanismos colaborativos con supermercados, abarrotes y bancos de alimentos para reducir el volumen de alimentos que se pierden o desechan en la cadena doméstica. Al generar datos específicos para Hermosillo, se podrán definir metas locales de reducción de desperdicio alimentario, alineadas con la meta global de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita para 2030.
Cabe señalar que la mayoría de los desperdicios colectados en Hermosillo, después de cumplir con las mediciones, se canalizaron a la elaboración de composta para el proyecto institucional Módulo de Transferencia e Investigación para el Bienestar Ambiental y Social (Motibas) del CIAD.
Acciones como la realizada con Pacto por la Comida, la Red Bamex y Sipra evidencian los lazos de colaboración estratégica que el CIAD mantiene para coadyuvar en las acciones encaminadas a la resolución de los principales problemas públicos prioritarios en México.







