Desde hace miles de años, el hombre ha empleado numerosas técnicas para el mejoramiento genético de las plantas, en especial desde los inicios de la agricultura y durante la domesticación de diversas especies vegetales. Dichas técnicas han favorecido la modificación de las características de la mayoría de las plantas que se cultivan actualmente, involucrando la introducción de nuevos rasgos y la selección de los materiales vegetales que los presentan, tales como una alta productividad, características específicas en flores y frutos, la tolerancia o resistencia a enfermedades, plagas o estreses abióticos (sequía, salinidad) e, incluso, la presencia de ciertas propiedades nutricionales,…